top of page
Buscar
  • Foto del escritorConcejalía Turismo Albolote

La Batalla de la Higueruela

Actualizado: 2 dic 2022

Ocurrida el 1 de julio de 1431, es uno de los acontecimientos históricos más relevantes de la historia de Albolote


Javier Milena

 

La vida del Albolote musulmán, recostado entre las colinas de Sierra Elvira y la vega fue, sencillamente, la de cualquiera de los pueblos agrícolas de la zona, habitualmente prósperos y tranquilos, pero no exentos de dolorosas sorpresas como saqueos, incendios o pillajes por parte de los fronteros cristianos, cuando no de cualquiera de las grandes ofensivas reconquistadoras.

Justamente, a una de esas ofensivas debe la historia de Albolote un decisivo suceso ocurrido en su término, que lo fue también de la historia de Granada y de la España Medieval: la Batalla de la Higueruela, que marcó el punto culminante del reinado de Juan II de Castilla y de su omnipotente privado, don Álvaro de Luna, y que tuvo lugar el 1 de julio de 1431. También marcó el principio del fin del Reino Nazarí de Granada, hecho que no se consumaría hasta la conquista definitiva en 1492.


Los relatos históricos indican que tras la toma de Antequera, en 1410, la lucha contra los musulmanes españoles quedó prácticamente paralizada durante los reinados de Juan II y de Enrique IV, dos débiles monarcas enredados en guerras civiles y dinásticas, que apenas inquietaron a los nazaritas granadinos, cuya debilidad también era notable a causa de un progresivo aislamiento del mundo musulmán magrebí, de su evidente pequeñez geográfica y de sus disensiones civiles, aún más graves que las castellanas.

Hubo, sin embargo, un momento durante el reinado de Juan II en que pareció que los días de la Granada nazarita estaban contados. En 1431 el rey acaba de hacer las paces con los infantes de Aragón, contaba 25 años y, por un momento, se sintió lleno de ardor guerrero y dispuesto a ensanchar su reino a costa del reino musulmán.

Juan II, el ejercito real, numerosas mesnadas nobiliarias, los caballeros de Santiago y 3.000 lanzas aportadas por don Álvaro de Luna, penetraron en territorio granadino desde Córdoba y establecieron un campamento cerca de Sierra Elvira, a unos diez kilómetros de Granada.

Un gran un fresco pintado en la Sala de las Batallas del Monasterio de El Escorial es el principal testimonio gráfico de aquella gran batalla

Según las referencias de los textos y cronistas de la época, el 26 de junio de 1431 “la vanguardia, compuesta de la huestes del condestable D. Álvaro, descendió á la vega por la falda de Parapanda, pasó á tiro de ballesta de Moclín, y como práctica en el terreno señaló el rumbo y marcó el paraje oportuno para acampar”. “Se designó para este efecto el campo de Maracena”. Estos campos, denominados genéricamente en el texto como “campo de Maracena”, se reparten entre los actuales términos de Maracena, Albolote y Atarfe, de ahí que no pueda atribuirse exclusivamente a uno solo de ellos el hecho histórico de la Batalla de la Higueruela.

“Asentó rreal en la vega dicha, casi junto a una azequia que dizen el azequia grande, que es una legua de la cibdad en el camino que va de Alcalá a Granada” (Hernando de Baeza, citado por Luis Seco de Lucena, 1916). Este dato afina todavía más en la zona que ocupó originalmente el campamento cristiano.

Esa posición castellana suponía una auténtica provocación para los granadinos y un peligro aún mayor para el campamento cristiano. Por ello, cuentan las crónicas que “eligióse al siguiente día -27 de junio de 1431- posición más abrigada: moviéronse las cruces y pendones y se asentaron los reales desde las márgenes del Genil hasta el Atarfe y colinas de Sierra Elvira”. “La Tienda de D. Juan descollaba en el ángulo meridional en un suave recuesto sombreado por las espesas hojas de una higuera bravía”.

Así discurrieron los días previos en los que la situación se hizo insostenible para lo granadinos cuyo sultán, Muhanmad IX, decidió hacer un esfuerzo decisivo para obligar a los cristianos levantar el real, o al menos alejarlo, produciéndose el 1 de julio de 1431 la mencionada Batalla de la Higueruela.

Aquel 1 de julio, según relata el granadino Lafuente Alcántara, "Don Juan, que se paseaba impaciente en la puerta de su tienda, vestido con todas las armas, cabalgó (con) una gran comitiva de grandes y capitanes, y dio al grueso del ejercito, que descansaba sobre las armas, la señal de acometer (...) Ni moros ni cristianos cejaron hasta que el Condestable esforzó a sus caballeros invocando con tremendas voces ¡Santiago! ¡Santiago! Los granadinos comenzaron a flaquear y, al querer replegarse en orden, no pudieron resistir el empuje de aquella caballería de hierro y se desunieron, huyendo a la desbandada…”.

Pereció en la batalla y en la consiguiente persecución, que se prolongó hasta la noche, la flor y nata de la caballería y la nobleza granadinas, hasta el punto de que fuentes árabes aseguran que "nunca el reino de Granada padeció mas notable pérdida que en esta batalla".

Pasó a historia como Batalla de la Higueruela por haber sido una higuera lo único que quedó en pie tras el feroz enfrentamiento

El bachiller Cibdareal, que combatió en Sierra Elvira, asegura que "los muertos e feridos sería bien mas de 30.000", cifra que parece excesiva, pero que habla de la magnitud de la batalla y de la mortandad sufrida por los granadinos. Otros historiadores sitúan alrededor de 10.000 las bajas.

Sin embargo, Juan II no sacó provecho de su victoria; mal aconsejado por algunos de sus nobles -celosos de la gloria que en aquella jornada se había ganado el Condestable-, por lo que días más tarde decidió levantar el campo y replegarse hacia Córdoba, con el pretexto de que eran escasas las provisiones. Se contentó el rey con imponer un nuevo rey en el trono granadino y recibir su homenaje y tributos.

Otras crónicas hablan de varios terremotos ocurridos en la Vega de Granada en los días posteriores a la batalla como la causa que hizo cundir el pánico entre las filas castellanas, precipitando su marcha y dejando a medias la posible conquista de Granada, que ya no se retomaría hasta la época de los Reyes Católicos, más de medio siglo después. .

La batalla pasó a los anales de la historia como Batalla de la Higueruela por haber sido una higuera lo único que quedo en pie sobre el campo de batalla tras el feroz enfrentamiento. Siglo y medio después, en 1585, Felipe II mandó inmortalizar esta gran batalla en un fresco de espectaculares dimensiones que se puede admirar en la Sala de las Batallas del Monasterio de El Escorial. Sin duda ,un gran reportaje gráfico que nos ofrece multitud de detalles del lugar donde se produjo la batalla y de la dimensión de la misma.

Albolote, presenta en su heráldica municipal varios símbolos alusivos a este acontecimiento histórico que tuvo lugar en parte de su actual término municipal. En el escudo municipal aparecen dos jinetes, uno moro y otro cristiano, en acción de batalla, y también en la bandera municipal aparecen los colores rojo y verde en alusión a los dos ejércitos que se enfrentaron en esta cruenta batalla.



Nota de la redacción: Algunas de las fuentes empleadas en la redacción de este reportaje corresponden a Miguel Lafuente Alcántara, Hernando de Baeza, Luis Seco de Lucena, Vicente González Barberán y el portal web artehistoria, entre otras.  



131 visualizaciones
WhatsApp Image 2021-03-23 at 13.16.04.jp
bottom of page